Se trata de técnicas realizadas en la consulta en las que la aguja es guiada en todo momento a través de imagen ecográfica lo que les confiere una altísima eficacia al alcanzar con precisión la estructura anatómica responsable del dolor y una gran seguridad al evitar lesionar estructuras vecinas.

Actualmente, la guía ecográfica resulta imprescindible para acceder con éxito a estructuras anatómicas de difícil acceso por:

• Su localización profunda como la articulación de la cadera o las articulaciones facetarias de la columna lumbar. Tradicionalmente, y aún en la actualidad en muchos centros, estas técnicas se realizan con guía de rayos X. Se trata de radiaciones ionizantes acumulativas a lo largo de la vida y potencialmente cancerígenas a largo plazo. En cambio, la ecografía es totalmente inocua.

• En articulaciones donde el espacio articular es muy estrecho, teniendo en cuenta que en las artrosis dicho espacio se estrecha aún más. Por ejemplo, en la articulación trapecio - metacarpiana (artrosis del pulgar), hombro o tobillo.

• En otras articulaciones como la rodilla, clásicamente abordada por referencias anatómicas, con la guía ecográfica se incrementa de forma muy significativa el porcentaje de pacientes con mejoría.

• En el interior de la vaina que recubre algunos tendones. Se trata de espacio de reducidísimas dimensiones.

• En la apertura y despegamiento de las fascias (lámina de tejido conectivo) que separa dos planos musculares, de gran utilidad en la desactivación de los puntos gatillo presentes en el dolor cervical o lumbar crónico miofascial. 

Por otro lado, con la imagen ecográfica podemos visualizar cómo el fármaco que se está inyectando se introduce en la estructura diana elegida responsable del dolor, confirmando así el éxito de la técnica.

Para realizar estas técnicas es necesario poseer un ecógrafo de última generación como el que dispongo en mi consulta.